I Metamorfosis de un día La punta de los días se anuncia con risas o con lágrimas. Por la catarata cósmica se precipitan las alegrías acariciando las curvas gigantes de las aguas... ¡unas veces! ¡Otras tantas!: espumas tristes se mezclan con el «verde-azul» del «estrépito-fondo», mientras en la tranquila hondura viven, saltan y brincan: lunas y amaneceres ocasos y albas. II El cielo se ha congelado en azul. Los pájaros son rictus dibujados en el aire. Los vientos se han callado entre tanto, el sol mira torpe y se pregunta qué hace... Parece que los mares los han sujetado los atlantes; ¿Qué ocurre esta tarde?: Por lo visto hasta al ocaso se le ha visto la clámide. I Él no estaba Vivía horizontal: En una línea antes del fin del mundo. A este lado —en éste de acá—, donde está la vida, no quedaba en él sino: el vacío, la negación y ¡mucho frío!
Poemar
Cuaderno de poesía
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Epístola
Óscar, Luis, Lauro, Francés, amigos: Preso me hallo en esta región que Alquimia llaman. Alguna ve suena un motor, no lejos, que nunca se detiene para abreviar mis ojos, indiferente a las hondas y al humo que sobre el horizonte, a solas, como dios olvidado se deshace. Hay un fondo de lluvia detrás de las miradas, un indicio de naufragio por cada gesto, un trazo oblicuo que contraría las frentes erguidas y doradas y que hasta las piedras han temido, han rehusado en el desplomo su contacto. Ya no pienso en la huida. Apenas hablo. Tan sólo escribo. A veces recuerdo. Al atardecer, cuando a este alto subía aquella cuyo color del cabello ha sido para mí más dulce que el tráfago naranja del ocaso, yo declinaba junto a la luz poniente de la tarde y sus ojos sobre la hermosa yerba crecida, sobre las hojas, incitando al metal de la cadera, al tibio labio que me sobrecogía; mas ahora las noches por solitarias son frías ...y alguna vez desde que ya no viene siento la vida de la que soy reflejo, fragmento, humo al olvido. Fue un lento resbalar y seco el golpe, que sonara a bulto hueco entre las rocas, un lento, lentísimo desprenderse desde la parte alta y quebrada de la torre. Yo la vi. (Me acechan). Seré el siguiente.