Difícilmente acuda al paraíso de las sombras a reponerme de máscaras que cuelgan mi osamenta en ganchos de carnicerías. Me refugio en la tierra de la música donde el hielo domina las alturas y los animales son la especie que no sufre. Oigo todas las voces del cielo haciendo es- puma entre ángeles y vírgenes desnudos y deploro cierta vida del hombre.
Cuaderno de poesía
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